RELIGIÓN VIKINGA
DIOSES Y GUERREROS.
Los Aesires eran dioses guerreros, moradores en Asgard era el cielo donde vivían todos los dioses, descendientes de un primer dios, Buri, que fue engendrado por la vaca primordial Audumla cuando lamía un bloque de sal. El dios mayor era Odín o Wotan, llamado "padre de los dioses" y poseía muchas dotes y cualidades, pero era ante todo el dios de la guerra. En combate Odín llevaba una cota de malla y un casco de oro, y su lanza daba con todo a lo que la lanzaba, iba montado en el más veloz de todos los caballos, que tenía ocho patas. Suya era la sabiduría, encarnada en dos cuervos, Hugin y Munin, que siempre le acompañaban. Aconsejaba a los reyes, a veces disfrazándose de mendigo e introduciéndose en las cortes reales y, armado de la imparable lanza Gungnir, era también un temible guerrero.
El segundo Aesir en importancia era Thor, hijo de Odín y campeón, señor de la tempestad y la batalla furiosa; él infundía en los guerreros (berserks) la furia asesina en combate. Poseía un martillo mágico su principal arma, llamado Mjolnir ("el aplastador"), que siempre volvía a la mano que lo había lanzado. Cuando Thor surcaba el cielo con su carro, las montañas temblaban, y echaba chispas. Thor era el primer defensor del orden del mundo, y con su enorme fuerza podía combatir fácilmente las fuerzas oscuras y revolucionarias.
Tyr, hermanastro de Thor, era el dios de la espada, la batalla juiciosa y la justicia; Tyr y Thor se complementaban de la misma manera que los griegos Ares y Atenea, Frejya, la diosa de la fertilidad y la belleza. También hubo gigantes, duendes malvados y enanos. Los dioses fueron diseñados para luchar contra los gigantes y otras fuerzas del mal en una batalla conocida como Ragnarok.
Los agricultores adoraban a Frei y Freya, dioses de la fertilidad. Los comerciantes y marinos invocaban a Njord (la antigua diosa Nertus) cuando necesitaban vientos favorables en sus viajes. Y otras profesiones tenían a otros dioses menores por patronos. Los nórdicos creían en la existencia de numerosos dioses de distinta importancia. Era normal que cada casa tuviera su correspondiente enano o ninfa tutelar, a los que se podían ofrecer sacrificios para recibir su ayuda u obtener una suerte favorable.
Marineros muy expertos, navegantes incansables, temidos por doquier. Los pobladores del norte, procedentes del frío, entendieron la divinidad a la medida de la propia fuerza, de la propia brutalidad. Entre ellos, los conceptos del mal y de la muerte se fueron asociando al frío, a la oscuridad de los largos inviernos y al propio norte, la morada de los hielos oscuros. El Bien, sin embargo, era para ellos las fuerzas contra las que combatían para conquistarlas: la luz del sol, lo cálido, las tierras feraces.
Todos los hombres que morían noblemente en combate, se convertían en hijos de Odín y eran admitidos en el Valhalla una especie de paraíso donde todos los guerreros pueden luchar junto a Odín, donde Odín todos los días les daba un banquete. No había mayor templo que el Valhalla con las Valkirias, unas guerreras que servían de auxilio a Odín. El Valhalla tenía 640 puertas tan grandes que 960 guerreros podían entrar hombro con hombro por, cada una de las puertas. Por la mañana, los guerreros se armaban y salían para luchar. Pero los que caían en combate, volvían a levantarse. Por la noche todos eran amigos otra vez, reuniéndose para celebrar en el Valhalla. Las mujeres o los hombres que fallecían de muerte natural iban al submundo, donde reinaba Hel, este era un lugar muy oscuro, donde las almas de los muertos flotaban por doquier como sombras sin cuerpo. Por supuesto, los vikingos preferían la muerte en batalla. De hecho, no había ningún guerrero vikingo femenino dado que la sociedad escandinava era fundamentalmente patriarcal, con hombres que sostienen la mayor parte del poder político y económico.
Ibn Fadlan, emisario árabe a orillas del Volga, nos ha dejado una crónica singular de un entierro vikingo. Un caudillo vikingo había muerto en una expedición comercial, e Ibn Fadlan narra: El muerto yace cubierto en una tumba durante diez días mientras se hacen los preparativos. Éstos son dirigidos por una anciana. Se vigila constantemente a la esclava escogida para acompañar al jefe a la tumba. El barco se sube a tierra y se dispone sobre troncos de madera. El funeral ya puede empezar. El muerto es ataviado con ropa suntuosa y subido a bordo de la nave. Puede llevar frutas y plantas, pan, carne y cebollas. Todas sus armas se colocan a su lado. Un perro es partido en dos y llevado a bordo. A éste le siguen dos caballos a los que se han dado muerte con una espada, dos vacas, una gallina y un gallo. En la tienda en que yace el muerto, seis hombres copulan con la esclava. Después la tienden al lado de su señor muerto. Y mientras los hombres la sujetan, la anciana le clava repetidas veces un puñal entre las costillas. Se prende fuego al buque, primero por el familiar más próximo del muerto y después participan todos con algo ardiendo.
Los vikingos no escribieron su historia hasta que se convirtieron al cristianismo, algunas de las fuentes son las antiguas piedras rúnicas, donde se describe superficialmente a los Aesires, y algunos de sus rituales. Otra fuente de información son las historias de Islandia y los textos de los mercaderes árabes originarios de Oriente Medio. Una tercera fuente, mucho menos fiable, fueron las historias escritas por monjes, a menudo posteriores a la era vikinga, con las que los cristianos intentaban desterrar el culto a los Aesires. Además, existen restos arqueológicos que ofrecen alguna información más sobre el culto a los Aesires; en su mayor parte se trata de tumbas halladas en aldeas vikingas
Fuente original:
http://www.historia-religiones.com.ar/la-religion-en-la-antigua-region-escandinava-28
figuras y gifs tomados de www.history.com/shows/vikings
figuras y gifs tomados de www.history.com/shows/vikings
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